Como el resto del proyecto, la bodega forma parte natural del entorno de Valquejigoso. En este caso, la originalidad radica en que visto desde fuera, el edificio no parece una bodega, estando ésta totalmente enterrada.
El diseño de la bodega de Valquejigoso intenta ser un ejemplo de cómo el continente debe amoldarse a una función y cumplir a la perfección con el fin de su creación: elaborar con el máximo cuidado y con las mejores condiciones posibles su producto más valioso, el vino.
Una vez cumplida esta misión principal, la bodega se construye bajo unos parámetros de calidad fuera de lo común y se la dota de unas instalaciones de última tecnología para cubrir todas las exigencias de los distintos procesos o trabajos a efectuar en los vinos hasta la salida del producto final de sus instalaciones. Como último objetivo, la bodega entiende que se sitúa dentro de un entorno privilegiado y nos hace continuos guiños visuales y sensitivos para que descubramos su parte más artística o estética, que aunque secundaria cumple también una misión importante dentro de un entorno tan bonito y armonioso.
Después de refrigerar la uva, ésta se selecciona de manera muy estricta, tanto a nivel de racimos como de granos, para proceder al encubado de la misma por gravedad en depósitos troncocónicos de pequeña capacidad y en tinas de roble francés. La finalidad de este proceso es diferenciar la producción de las distintas sub-parcelas que componen nuestro viñedo, de forma que se puedan elaborar por separado las diferentes variedades procedentes de cada uno de los pagos que nos proporcionan las 69 parcelas en que se divide la plantación.
Descubra las fases de la elaboración de los vinos de Valquejigoso:
Los palets de cajas procedentes de nuestro viñedo entran dentro de la bodega a través de un montacargas y se almacenan antes de su selección en una cámara enfriadora.
Todas las uvas vendimiadas en Valquejigoso pasan por un proceso de refrigeración a 4º - 7ºC para homogenizar su temperatura antes de su selección manual. El objetivo es rebajar al máximo la temperatura de las bayas para evitar su prematura fermentación y favorecer su correcta manipulación, despalillado, estrujado y maceración.
Todos los racimos que se procesan en Valquejigoso son sometidos a una exhaustiva selección y control. Primero, en la cinta de selección de racimos y en segundo lugar, después del despalillado en una cinta vibratoria donde se eliminan también a mano aquellas bayas verdes o los propios peciolos (rabillos) que han quedado unido a las mismas.
Una vez seleccionadas las uvas, éstas pueden ser o no estrujadas y son llevadas a continuación a los tanques de fermentación en unos recipientes especiales con el objetivo de no bombear las bayas.
La elaboración de vinos tintos en Valquejigoso se hace en tinas de roble francés y en depósitos de acero inoxidable de diferentes volúmenes. Tras un tiempo suficiente de maceración pre-fermentativa, arrancan las fermentaciones alcohólicas que se prolongan entre 10 y 15 días. Una vez finalizada la fermentación alcohólica, los vinos hacen una maceración post-fermentativa y permanecen por un tiempo junto con los hollejos antes del descubado en una atmósfera inerte.
Tras un período de refrigeración, posteriormente se realiza la selección de racimos y bayas para hacer el encubado de la uva en depósitos de acero inoxidable, donde añadimos hielo seco para evitar oxidaciones del mosto. Se procede a una maceración de 2 - 3 días para extraer los aromas primarios de cada variedad y de cada suelo.
Tras esta maceración se separa el mosto de las pieles y pepitas de la uva. Para nuestro vino blanco, sólo se utiliza la fracción del mosto yema, es decir, el mosto de escurrido de la prensa, el más puro y el de mayor concentración aromática.
Tras finalizar la fermentación alcohólica realizamos un trasiego para eliminar las lías más gruesas. Los vinos son trasegados a barricas donde permanecen entre 10 - 14 meses, período durante el cual se realiza bâtonage en las barricas. Tras el paso por barrica, los vinos permanecen alrededor de 6 meses en un depósito de hormigón de 16 Hl. con forma de huevo.
En las crianzas de los vinos de Valquejigoso, se utilizan las mejores barricas (225 l) procedentes de una gran variedad de toneleros. Las maderas seleccionadas son siempre de roble francés de grano extrafino y fabricadas con las especificaciones exclusivas requeridas por Valquejigoso a sus toneleros. El 100% de los vinos que se crían en Valquejigoso estrena barricas todos los años. Éstas se renuevan al término de la crianza de cada vino. Para los tintos, los periodos de estancia en barrica son de entre 24 a 30 meses y para los blancos de entre 16 a 20 meses.
El ensamblaje final es el resultado de intensas pruebas, cientos de mezclas e innumerables catas. Una vez que se ha realizado la mezcla, se deja el vino en reposo 25 - 30 días antes de proceder a su embotellado. Los vinos de Valquejigoso no son clarificados antes de ser embotellados.
El proceso de embotellado se realiza también dentro de las instalaciones de Valquejigoso. Como en el momento del embotellado sólo se filtra muy levemente el vino, una vez embotellado, pueden aparece con el tiempo algunas precipitaciones en forma de posos en cada botella. Son un síntoma de calidad.
Después del ensamblaje final y su embotellado, los vinos pasan al botellero donde permanecen 24 meses en el caso de los vinos tintos y de 12 meses en el de los vinos blancos.
La botella actual de Valquejigoso es el resultado de cuatro años de trabajo con distintas vidrieras. Los objetivos perseguidos eran la mayor protección del producto, aislando el vino de los efectos de la temperatura, luz y vibración y un diseño estético único que generase curiosidad al consumidor y que no pudiese ser copiada fácilmente.
El culo de la botella también es especial, se sustituyen las estrías habituales por el nombre de la finca y el trébol de 5 hojas en el fondo.
El corcho de Valquejigoso es un corcho largo y limpio, cuidadosamente seleccionado entre los mejores proveedores de la Península. Son corchos naturales, previamente catados por el equipo técnico.
Los palets de cajas procedentes de nuestro viñedo entran dentro de la bodega a través de un montacargas y se almacenan antes de su selección en una cámara enfriadora.
Todas las uvas vendimiadas en Valquejigoso pasan por un proceso de refrigeración a 4º - 7ºC para homogenizar su temperatura antes de su selección manual. El objetivo es rebajar al máximo la temperatura de las bayas para evitar su prematura fermentación y favorecer su correcta manipulación, despalillado, estrujado y maceración.
Todos los racimos que se procesan en Valquejigoso son sometidos a una exhaustiva selección y control. Primero, en la cinta de selección de racimos y en segundo lugar, después del despalillado en una cinta vibratoria donde se eliminan también a mano aquellas bayas verdes o los propios peciolos (rabillos) que han quedado unido a las mismas.
Una vez seleccionadas las uvas, éstas pueden ser o no estrujadas y son llevadas a continuación a los tanques de fermentación en unos recipientes especiales con el objetivo de no bombear las bayas.
La elaboración de vinos tintos en Valquejigoso se hace en tinas de roble francés y en depósitos de acero inoxidable de diferentes volúmenes. Tras un tiempo suficiente de maceración pre-fermentativa, arrancan las fermentaciones alcohólicas que se prolongan entre 10 y 15 días. Una vez finalizada la fermentación alcohólica, los vinos hacen una maceración post-fermentativa y permanecen por un tiempo junto con los hollejos antes del descubado en una atmósfera inerte.
Tras un período de refrigeración, posteriormente se realiza la selección de racimos y bayas para hacer el encubado de la uva en depósitos de acero inoxidable, donde añadimos hielo seco para evitar oxidaciones del mosto. Se procede a una maceración de 2 - 3 días para extraer los aromas primarios de cada variedad y de cada suelo.
Tras esta maceración se separa el mosto de las pieles y pepitas de la uva. Para nuestro vino blanco, sólo se utiliza la fracción del mosto yema, es decir, el mosto de escurrido de la prensa, el más puro y el de mayor concentración aromática.
Tras finalizar la fermentación alcohólica realizamos un trasiego para eliminar las lías más gruesas. Los vinos son trasegados a barricas donde permanecen entre 10 - 14 meses, período durante el cual se realiza bâtonage en las barricas. Tras el paso por barrica, los vinos permanecen alrededor de 6 meses en un depósito de hormigón de 16 Hl. con forma de huevo.
En las crianzas de los vinos de Valquejigoso, se utilizan las mejores barricas (225 l) procedentes de una gran variedad de toneleros. Las maderas seleccionadas son siempre de roble francés de grano extrafino y fabricadas con las especificaciones exclusivas requeridas por Valquejigoso a sus toneleros. El 100% de los vinos que se crían en Valquejigoso estrena barricas todos los años. Éstas se renuevan al término de la crianza de cada vino. Para los tintos, los periodos de estancia en barrica son de entre 24 a 30 meses y para los blancos de entre 16 a 20 meses.
El ensamblaje final es el resultado de intensas pruebas, cientos de mezclas e innumerables catas. Una vez que se ha realizado la mezcla, se deja el vino en reposo 25 - 30 días antes de proceder a su embotellado. Los vinos de Valquejigoso no son clarificados antes de ser embotellados.
El proceso de embotellado se realiza también dentro de las instalaciones de Valquejigoso. Como en el momento del embotellado sólo se filtra muy levemente el vino, una vez embotellado, pueden aparece con el tiempo algunas precipitaciones en forma de posos en cada botella. Son un síntoma de calidad.
Después del ensamblaje final y su embotellado, los vinos pasan al botellero donde permanecen 24 meses en el caso de los vinos tintos y de 12 meses en el de los vinos blancos.
La botella actual de Valquejigoso es el resultado de cuatro años de trabajo con distintas vidrieras. Los objetivos perseguidos eran la mayor protección del producto, aislando el vino de los efectos de la temperatura, luz y vibración y un diseño estético único que generase curiosidad al consumidor y que no pudiese ser copiada fácilmente.
El culo de la botella también es especial, se sustituyen las estrías habituales por el nombre de la finca y el trébol de 5 hojas en el fondo.
El corcho de Valquejigoso es un corcho largo y limpio, cuidadosamente seleccionado entre los mejores proveedores de la Península. Son corchos naturales, previamente catados por el equipo técnico.